Antonino i Dolors Besné Tejada: Un paseo por El Terreno

Este libro traza en su primera parte un breve resumen del barrio, sus primeras casas, sus habitantes ilustres que enamorados del barrio se quedaron a vivir en el. En la segunda parte contiene una guía de 28 rincones o viviendas que que por su historia o por los que en ellas vivieron, merecen la realización de una guía. Guía que sirve de apoyo para darse un buen paseo por las calles que tan bien conocemos, paseo que dirigido por Antonino se convierte en una delicia, pues por una parte se nota que su alma esta en el terreno y por otra con santa paciencia deja a todos los acompañantes intervenir con lo que lo enriquecen con anécdotas y datos dudosos o desconocidos.

El libro según Gloria Forteza Rey está agotado y Antonino me parece que un poco también, pues yo fui al último recorrido y creo que no ha habido más. ! Animo Antonino!

Font: elterrenopalma.wordpress.com

La idea de este escrito ha sido recoger una serie de recuerdos, anécdotas e informaciones sobre la estancia de personas famosas, intelectuales y artistas en nuestro barrio antes de que se pierdan totalmente. El barrio de El Terreno, por sus características, siempre fue muy apreciado tanto por la gente de Palma como por los que vinieron a esta isla a visitarnos en estancias más o menos largas. Proponemos un paseo por el barrio que nos ha parecido el más adecuado, aunque ciertamente y según las preferencias del visitante, puede ser otro.

Imatge: Presentació del llibre a Embat, el 23 d'abril de 2013


Breve historia del barrio de El Terreno

El barrio de El Terreno situado en la falda de la colina de Bellver, que toma el nombre del castillo que la corona, se extiende entre el bosque del mismo nombre y el mar, hasta una altura de unos sesenta metros aproximadamente.

Dos torrentes limitan el barrio, al norte el de So N’Armadams y al sur el del Mal Pas, que recogen el agua de lluvia, no existiendo ningún punto donde brote el agua salvo en S’Aigo Dolça. Antiguamente existió un pozo al final de la calle Georges Bernanos y un manantial frente a Son Catleret, hoy tapados ambos.

La situación del barrio que está protegido de los vientos del N y NW por la cordillera de Tramuntana y de los del W y SW por la colina de la Bonanova y la Sierra de Na Burguesa, permite que la brisa del S y SE se viertan por sus escalonadas pendientes dotándolo de un microclima más bonancible que el de Palma. Todo ello unido a la proximidad del bosque de pinos de Bellver y la vista sobre la bahía, hacen del barrio una agradable atalaya para establecerse. No se sabe a ciencia cierta el origen del nombre “El Terreno”, parece un castellanismo que se cree que proviene del nombre de la finca que poseyó el Cardenal Despuig a finales del siglo XVIII, y que con este nombre figuraba en el plano de Mallorca que el Cardenal hizo grabar en 1784 a J.Muntaner

Dicen que en esta finca el Cardenal quería crear un museo con las obras de arte que había adquirido en Italia,y que finalmente quedaron en Raixa.

Tras la muerte del Cardenal la finca pasó por varias manos hasta llegar a la familia Rubert, de la que tomó nuevo nombre. Anteriormente toda la colina era terreno real y estaba adscrito al Castillo de Bellver, cuyos gobernadores fueron hasta 1717 los priores de la Cartuja de Valldemossa.

Imatge: Un paseo por El Terreno pàgina 4

“ No se conoce en un principio la existencia de ninguna construcción, más que un Lazareto junto al mar con un pequeño embarcadero, una extracción de piedra para construcción en un lugar al que se llamó “Sa Pedrera”, y unos rudimentarios astilleros.

La primera construcción documentada que hay es la casa del naturalista Cristóbal Vilella, quien probablemente consiguió la licencia para instalarse en 1777 por las estrechas relaciones que mantuvo con la casa real, gracias a sus grabados y estudios sobre la fauna y flora marina.

El emplazamiento sin duda era ideal para él y sus trabajos de taxidermia que requerían un lugar un poco apartado. Esta casa pasó después a la familia Dezcallar y se llamó Son Catleret, nombre que ha conservado hasta hoy día. Según Jovellanos cerca del fondeadero del Lazareto existía una edificación destinada a los baños de agua dulce y salada, pero no se sabe de ningún otro edificio. Más adelante en 1803, don Gabriel Sabater, cirujano del rey, recibió una porción de tierra que estaba entre S’Aigo Dolça y el Lazareto, que se llamó Son Sabater.

En 1821 se desató en la ciudad de Palma una epidemia de peste amarilla, lo que dio lugar a que mucha gente no contaminada se instalara en campamentos de primitivas barracas en la colina de Bellver, que quedó completamente arrasada. Los restos de estas construcciones fueron aprovechados en 1835, tras los movimientos sísmicos que se produjeron en aquella época y que provocaron otra huida de la ciudad

Imatge de la pàgina del Diario constitucional, político y mercantil de Palma Número 2 - 1821 octubre 2

Pasado el tiempo y gracias a los esfuerzos de la Sociedad Mallorquina de Amigos del Pais se consiguió de las autoridades militares que se autorizara la construcción de pequeños edificios de una sola planta con lo que empezó a surgir un conjunto desordenado de sencillas casitas.

Favoreció este establecimiento la circunstancia de se hiciese una buena carretera desde la Ciudad hacia Porto Pí, así como la creciente moda de salir a merendar al campo y la celebración de los “pancaritats“ así como “es dia de s’Ángel” en la colina de Bellver

En 1845 don Juan Rubert obtiene permiso para construir en la vertiente de la finca que da al Mal Pas, la que podríamos decir primera urbanización de El Terreno, toda ella siempre con las condiciones de no tener bóvedas, ser sencillas, de una sola planta y adaptándose al relieve del solar.

A estos permisos les siguieron rápidamente otros, tanto en las tierras de los Rubert como en las reales, hasta que dado el desorden constructivo que se formó, se tuvo que recurrir al ordenamiento en el plan general de alineaciones de la Ciudad en 1865

En 1886 se puso la nomenclatura a las calles. El barrio fue creciendo. En 1870 la familia Rubert cedió los terrenos para que se construyera la iglesia de Nuestra Señora de la Salud, y el convento de las hermanas de la caridad.

Fueron apareciendo de forma sucesiva la farmacia, la barbería, el horno, las tiendas de comestibles y demás establecimientos que dotaron al lugar de un aspecto de población.

En los años ochenta y noventa del siglo XIX se empiezan a alquilar casitas y se producen visitas y estancias de personas destacadas (pudientes), artistas, escritores etc.

El lugar era ya tan atractivo que personajes como el Archiduque Luis Salvador, Santiago Rusiñol y Julio Verne entre otros no dejaron de mencionarlo y alabarlo en sus escritos.A finales del siglo XIX la familia Gomila que vino de las Antillas se construyó una casa en el Terreno, cedió la parte delantera de su solar al Ayuntamiento para que los niños pudieran jugar a sus anchas y a la vez mejorar el acceso de la casa a la carretera general, con lo que se creó la Plaza Gomila.

A principios del siglo XX el barrio está plenamente constituido. Las casas han crecido en altura por la desmilitarización de la zona. En 1910 se inaugura el Hotel Reina Victoria, actual Victoria, el primero del lugar, seguido en 1923 por el Hotel Mediterráneo, con lo que el Terreno pasa a ser una zona turística a la par que de veraneo.

Empiezan a acudir turistas, sobre todo ingleses, que ocupan tanto los hoteles como numerosas casas. Se forma una considerable colonia de ingleses y con la primera guerra mundial llegan muchos extranjeros. Se llega incluso a instalar una Capilla Anglicana.

Imatge: Gomila, entorn l'any 1900

La guerra civil española detuvo este proceso entre los años 1936 y 1939, aunque se convierte en zona residencial al establecerse definitivamente muchas familias de Palma que antes sólo venían a veranear. La idea de ser una zona más segura frente a posibles bombardeos contribuyó a ello.

Poco después, el que el barrio quedara unido a Palma por el desarrollo de So n’Armadams, contribuyó al traslado.

Pasada la guerra se produjo una nueva oleada de extranjeros intelectuales y artistas atraídos por lo aún tranquilo y pintoresco del lugar.

En 1949 se empieza la construcción del paseo Marítimo que trasforma radicalmente el paisaje de la costa y en 1950 se produce un desarrollo a gran escala del turismo y hasta 1962 se abren multitud de establecimientos hoteleros, así como habitaciones de alquiler bien en edificios antiguos o en nuevas edificaciones que cambian definitivamente la fisonomía del barrio.

Este fenómeno desplaza a la población residente y surgen establecimientos destinados al turismo, empiezan a crecer los edificios desmesuradamente y las antiguas casas de veraneo se fragmentan en multitud de apartamentos para cubrir la gran demanda de alojamiento.

Con todo esto el barrio pierde su idiosincrasia y tras el paulatino envejecimiento en varias décadas, el deterioro y el traslado de los locales de ocio a otros lugares, va decayendo hasta convertirse en lo que es hoy.

Diferenciado en dos partes, la alta más residencial que conserva algo de su antiguo carácter y la baja muy deteriorada ,con muchos edificios cerrados y casi convertida en marginal.

Imatge: El passeig marítim, entorn l'any 1960

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