Además de ser primer camarero de la plantilla del Hotel Reina Victoria, dió vida a El Terreno en su transcendental progreso. El buen y recordado amigo En Joan Torres fundador del "Café Torres".
¿Quién no recuerda a Marcos Redondo?. En tiempos del hogaño, recordado "Teatro Lírico" por sus grandes veladas de zarzuela, viene a colación, mostraros una Estampa, sumamente graciosa. El magnífico barítono, cuando al frente de su compañía, solía hospedarse al Hotel Reina Victoria. Hizo buenas migas con todo el personal del hotel, considerándola, cual dotación del más suntuoso navío apostado en la bocana de un puerto fabuloso, inigualable de entre los pocos que se consideraran los mejores del mundo.
Marcos Redondo, se aficionó a la pesca con caña. Por ello había rogado al joven camarero que le atendía, que cuidara de agenciarse con todos los arreos correspondientes. Así Juan Torres, valldemosín por nacimiento, peró més de mig terrenero, si en el arte de grumèig sabía lo que hacía, como buen montañés, extengué els seus filats per davers un comellá, de per Génova. La consecuencia de ello, fue un: Si, Pare, la vull i l'estim. De tan romántico contubérnio, los consortes Torres & Salvá dieron al mundo, lo mismo que en ses rondaies, un Bartomeuét i una Catalineta, de lo més etxaravidets. Tiempos después el buen Juan Torres, pensando en el porvenir de sus hijos y proporcionar descanso a su amante esposa abrió en la Placeta un establecimiento que por los cánones modernos lo llamó "Bar Torres", regentado actualmente por En Tolo.
Juan Torres, siempre diligente y atento, fue a Ca'n Sión. Se hizo con una caña de bambú oscura, fuerte i vincladiça. Los días de mar morta solían ir a pescar per davers es Gegant y por entre sa sabonereta, dedicarse a las obladas. Luego el barítono, tras las candilejas como buen pescador solía mentir lo suyo, hasta el punto que los crédulos, primer Apuntador y su Auxiliar, decidieron alquilar por su cuenta un botet e irse a pescar por entre la espuma, y siendo gente de secano embarrancaron junto a las rocas de la punta angular del Baluarte del Príncipe. Dos cranquérs, que por allá había, pudieron pescarles, salvos, por lo que respecta a sanos, no. Cortes a porfía, cardenales y el susto correspondiente. Y púas de erizo por doquier.
La foto de Joan Llompart (Torrelló) fue tomada en 1968. Son las ruinas del Teatro Lírico. Aún se aprecian la boca del escenario, la cubierta del patio de butacas sostenida por columnas de hierro y el muro en el que se apoyaba el anfiteatro. El derribo de este templo de la lírica, que competía con el Principal, formaba parte de una operación en la que también cayeron el hotel Alhambra y el cuartel de Caballería. El objetivo: crear s´Hort del Rei.
Font: Joan Riera en Diario de Mallorca
Aquel día en sesión "Vermouth" debía estrenarse la zarzuela "El Cantar del Arriero". Marcos Redondo sentiase apesadumbrado por el contratiempo. Juan Torres fue en busca de Mestre Antoni Frau explicándole lo ocurrido y por si podía echar una mano. Director y Apuntador dialogaron lo suyo. Bajaron a Palma, fueron al "Lírico" y a las 4 en punto levantóse el telón. El éxito fue rotundo. La obra se representó tarde y noche durante cuatro días consecutivos. El teatro lleno a rebosar. Y Nicolás Tous, germà de's Fusté, entonces Inspector de la Cía. de Tranvías, reforzó la línea de Porto Pi con tres coches con remolque, tal fue el gentío de El Terreno que asistió a la representación.
Y allá en la terraza de aquel Hotel Reina Victoria, tan adorado por nosotros por las finas lineas isabelinas que contuvo antaño, _Marcos Redondo henchido de entusiasmo inmensamente satisfecho por tan feliz hallazgo de aquél gran maestro Apuntador, decía.."Nunca mejor oblada encontré en ese gran aficionado que és ya mi buen Amigo, Antoni Frau i Sans".
Font: Text i imatge
Estampas de El Terreno