Tertulia intelectual

Tan pronto como la familia Rusiñol se aposentó en la nueva Lar, D. Santiago fue a visitar, uno por uno a todos sus convecinos, dándose a conocer y ofreciéndose también.

Don Pep Rover, el boticario, junto con don Gabriel Alomar i amb es senyó Metge, los tres le introdujeron a la tertulia de Ca's Capellá Sec. Le gustó a Rusiñol aquel ambiente. Al punto comprendió las cualidades que reunía el clérigo y también a don Bartomeu, el nuevo parroquiano li va entrá per s'ui dret.

Don Alvaro Porcel, entonces un "pimpollo" intentó aficionar a don Santiago a la pesca con caña. El otro se lo escuchaba pero a la hora de la verdad, decía preferir cobrar la pesca, al plato y mejor si fuera amb all-i-óli.

Cuando bajaba a Palma don Santiago, solía esperar el tranvia de mulas guiado por Mestre Fullana, yendo de cobrador Mestre Antoni Guia. Se lo pasaba muy divertido. Todos le apreciaban mucho y Rusiñol solía decir que el conductor tocaba el pito con tal gracia que las mulas a lo largo del paseo de Sagrera brincaban cual si bailaran una polka. Solía bajar a La Glorieta, cruzaba el Born yéndose directamente a la "pecera" de Ca'n Tomeu. Allá entre la élite de los fabricantes de tejidos de Sóller, don Pep de Ca'n Ribes de ses llistes, don Manuel Salas, el pintor Cerdá, don Leandro Ximenis, es carnisser de Cort y el celebérrimo D. Luís Martí junto con otros, se dolían de lo poco que bajaba a la Ciutat. Pero Rusiñol les decía que en cuanto había podido libar los néctares del riente caserío, aquello era el opio, y era del todo necesario que subieran en corporación para poder gozar de la calma chicha del Café del Capellán Vich. Viendo la tozudez de don Santiago, no tuvieron más remedio que aceptar. Los había contertulios de Ca'n Tomeu que conocían el café de marras. Alguien dijo, que hei fa mal seure en las sillas de enea. Armó la gran polvareda, tanto que los de Ca'n Tomeu creyeron que realmente a don Santiago lo habían "drogado". Se convino en un día exacto, para que pudieran darse los anarquistas encopetados de Ca'n Tomeu, ser recibidos con todos los honores, por los contertulios de Sa Placeta.

Joaxim Mir, el pintor catalán, íntimo de los Rusiñol, que con ellos vivía, ayudó a Rusiñol en su tarea de docorar los respaldos de aquell cadirum, diminutas viñetas imitando figuretes de estampá, hechas al óleo.

El día señalado congregó a lo mejorcito de la intelectualidad. Estuvieron Joan Alcover, nuestro vate cantor de la Serra, los campanetenses Mn. Llorenç Riber y En Miguel del Sants Oliver, que solían hacer buenas migas con su paisano es Capellá Sec. Los "libre-pensadores" catedrático Sr. Fuset, Gabriel Alomar, Luís Martí y el libre-pensador pero republicano de buen temple es Senyó de Ca'n Escalades. Don Jerónimo Amengual y D. José Tous y Ferrer en calidad de "periodistas". Por último don Manuel Salas, entonces acreditado de multimillonario, gran amigo de las Bellas Artes, y fue Mecenas de muchos buenos principiantes. Don Manuel era de natural estugós. Solía saludar, calzando guante. Los recién llegados pudieron comtemplar el mobiliario, que llamó poderosamente la atención. Els homos, de todas las clases del riente caserío invadieron el Cafetín de tal manera aquella tarde, perdió su condición de Colmado, por estar colmado de parroquianos que se hartaron de gaseosa, Resolis y de Anís, carajillos y ron. Fue "sesión plenaria". En lo sucesivo se transformó en Permanente. Y és que El Terreno tenía un no se qué, sumamente agradable.

Font:
Estampas de El Terreno
Imatges: Josep Rover Tolrà (dalt) i Gabriel Alomar i Villalonga(baix)