Un banco de tiempo es una iniciativa comunitaria de intercambio de tiempo, que emula simbólicamente el funcionamiento de un banco, pero en el que lo que se "presta" y se "recibe" es tiempo dedicado a servicios a las personas. Este mecanismo de intercambio multilateral tiene por objetivo establecer una red de ayuda mutua y reforzar los lazos comunitarios de un barrio, pueblo o ciudad.
Se trata básicamente de intercambiar necesidades para habilidades, sin ánimo de lucro ni ninguna mediación monetaria. El usuario recibe un servicio de otro durante un periodo de tiempo, y se compromete a prestar un servicio igualmente prolongado. Es decir, "el trueque funciona a través de créditos mutuos en forma de tiempo". Cada usuario recibe un talonario para efectuar los pagos, y es titular de una "cuenta corriente" que registra el saldo de tiempo disponible. La unidad de intercambio es la hora, independientemente del servicio que se ofrezca o que se reciba. Cada servicio, conocimiento o habilidad intercambiada tiene el mismo valor, medido en unidades de tiempo, independientemente de que el donante sea un principiante o un experto.
Las transacciones se regulan con el intercambio físico de unos cheques de tiempo, que se dan en forma de talonario a los socios del banco. Una secretaría centraliza la gestión de ofertas y demandas, poniendo en contacto a las personas, y controlando el estado de saldo de las horas dadas y recibidas.
Los intercambios no son bilaterales ("yo te doy y tú me das") si no multilaterales: se ofrece oferta y demanda en una bolsa de servicios, conocimientos y habilidades del Banco de tiempo de forma que la persona A ayuda a B, B ayuda a C, C ayuda a D, y D ayuda a A .